Uno de los factores de protección que los clubs sociales de cannabis (CSC) ofrecen a sus miembros es el acceso a un cannabis de origen conocido que, junto con el asesoramiento personalizado en el dispensario, reduce los riesgos que presenta el cannabis que se encuentra en el mercado informal. Es decir, en la mayoría de CSC difícilmente encontraremos productos adulterados o engaños como los que se dan en productos que contienen cannabinoides legales o no regulados. Un ejemplo de este hecho es lo que está pasando con el nuevo “rey de la fiesta”: el hexahidrocannabinol (HHC). Este cannabinoide ha ganado notoriedad el último año y es vendido abiertamente en establecimientos de toda Europa, y también en línea, como “sustituto legal” del cannabis y el tetrahidrocannabinol (THC). ¿Sin embargo, qué interés hay realmente detrás del surgimiento de esta nueva moda? ¿Y, qué características tiene en relación con los anteriores cannabinoides sintéticos que habíamos descrito en RdrCannabis?
La cuestión del consumo de cannabinoides sintéticos, también denominados “neocannabinoides”, es mucho más compleja en el norte de Europa que en nuestro contexto. Los accidentes y las urgencias médicas que comporta el consumo de estos principios son un fenómeno casi anecdótico en Cataluña mientras que en Europa se han asociado decenas de muertos al consumo de estos productos. En esta entrada en el blog de RdRCannabis podéis encontrar más detalles sobre los cannabinoides sintéticos y la reducción de riesgos. Para refrescaros la memoria, dejamos anotado que los efectos de los cannabinoides sintéticos pueden incluir síntomas como taquicardia, delirio, convulsiones, psicosis y ansiedad.
En este texto nos ocuparemos del hexahidrocannabinol (HHC), un cannabinoide semi-sintético, ya que la mayoría de lo que circula en el mercado es una síntesis a partir del cannabidiol (CBD) proveniente del cáñamo o del mismo Delta-9-THC. Fue descrito por primera vez en la literatura científica en 1940. A pesar de eso, su farmacología y toxicología en humanos no ha sido estudiada. En este sentido, no se conocen científicamente los riesgos asociados a su consumo y hay que consumirlo con mucha precaución.
Hay que dejar constancia que, de hecho, el HHC puede aparecer de forma natural en la planta del cannabis, pero en cantidades ínfimas. Aparte del HHC, existen otros cannabinoides semisintéticos como el Delta-10-THC o el Delta-6a10a-THC. En todo caso, el HHC se identificó en Europa por primera vez en mayo de 2022 en una tintura denominada “CBN night” confiscada por la policía danesa. El boom del HHC parece estar relacionado con el exceso de producción de CBD en los Estados Unidos de América (EE.UU.). Antes de su expansión se había producido un fenómeno parecido con el Delta-8-THC (Δ-8-THC). Las primeras voces que hablaron de él provenían justamente de los EE.UU., a mediados de 2021. A causa de la relevancia que ha adquirido los últimos dos años, el mismo Observatorio Europeo de las Drogas ha publicado un informe sobre esta cuestión.
Con respecto a su estatus legal, el HHC no está fiscalizado por las convenciones de drogas de las Naciones Unidas de 1961 y 1971 ni tampoco por la legislación española. En junio del 2023, Francia modificó oficialmente su lista de sustancias clasificadas como estupefacientes, para incluir el HHC y sus alternativas ─el HHCP y el HHCO─ como productos prohibidos. En Austria, Finlandia, Polonia y Suiza también lo han hecho. En cambio, en la República Checa, en lugar de prohibirlo, han anunciado su intención de regular su situación en el mercado.
Si nos fijamos en sus efectos, los usuarios explican que son similares a los del THC, pero con una menor potencia y menos efectos psicoactivos. Hay consumidores que han acabado con dolor de cabeza. Se puede consumir de varias maneras, incluida la combustión (flor/resina baja en THC), la inhalación (vaping), la ingestión (comestibles) y la aplicación tópica y sublingual (bajo la lengua). La falta de una regulación específica sobre estos productos implica que ni los procedimientos de producción ni sobre los productos utilizados o las mezclas con las cuales se fabrican los líquidos para vaporear estén controlados debidamente.
Las flores (cogollos) y resinas (hachís) de CBD que contienen HHC tienen un aspecto y un olor similar al cannabis con THC. En el mercado abierto se encuentran bajo presentaciones muy atractivas visualmente y un potente marketing, como legal high, imitando los productos con THC. Es posible que el HHC pueda ser utilizado para adulterar cannabis y productos basados en THC y CBD. Por eso, no podemos saber si, aparte de los cannabinoides, en la muestra encontraremos otros productos implicados en la síntesis de los cuales desconocemos los efectos sobre la salud. En esta entrada anterior, encontraréis más consejos de reducción de riesgos en el consumo de cannabinoides sintéticos. Siempre es importante recordar la premisa que consumir algo que no sabemos cómo ha sido fabricado ni qué contiene compuerta riesgos asociados.
Desde RdRCannabis desaconsejamos el consumo del HHC, sobre todo, por la falta de conocimiento científico sobre sus efectos a corto y largo plazo. Estamos ante una sustancia que no ha sido estudiada en humanos y de la cual no se conocen bien sus dosis, riesgos y beneficios. En este sentido, en caso de querer consumir cannabis, sería deseable obtener un cannabis con THC o CBD sólo como el que se encuentra en las asociaciones cannábicas (CSC). Es por eso que, en nuestro contexto, el modelo de CSC tiene una función muy importante de protección de los consumidores: frenar el consumo de cannabinoides con más riesgos, como es el caso del HHC.
Comenta