En esta entrada analizaremos la distinción entre correlación y causalidad en el debate sobre los efectos del cannabis, para evitar confusiones. A pesar de que se ha observado una relación entre el consumo de cannabis y la psicosis, ello no implica necesariamente una relación causal directa. Es fundamental evitar la estigmatización de las personas diagnosticadas con trastornos psicóticos, como la esquizofrenia, y entender la complejidad de los factores que intervienen.
Para favorecer una conversación madura y detallada sobre los efectos no deseados del cannabis, es esencial abordar la cuestión con un conocimiento profundo y bien fundamentado. Uno de los retos más significativos en este ámbito es la intersección entre las evidencias científicas y las influencias políticas, debido al estatus legal complejo del cannabis. Resulta crucial no solo familiarizarse con lo que revelan los estudios científicos, sino también entender cómo contextualizar sus conclusiones y reconocer los posibles sesgos. Este enfoque nos permitirá fomentar un diálogo informado y constructivo.
En las conversaciones sobre las sustancias declaradas ilícitas, es habitual confundir la correlación con la causalidad. Por eso, es importante entender la diferencia. La correlación implica una relación entre dos variables, mientras que la causalidad sugiere que una variable provoca un cambio en otra. Por ejemplo, solo porque dos cosas estén relacionadas no significa que una cause la otra. Es como observar que las personas que llevan paraguas suelen estar más protegidas de la lluvia, pero eso no supone que llevar paraguas provoque la lluvia. Es crucial analizar los datos con cautela y buscar evidencias más sólidas antes de sacar conclusiones precipitadas sobre la relación entre las dos variables. Ello evitará malentendidos e interpretaciones erróneas en los estudios científicos y en la vida cotidiana.
La importancia de aclarar esta cuestión radica en la necesidad de diferenciar entre causalidad y correlación cuando se debate sobre la relación entre el consumo de cannabis y el desarrollo de psicosis. La distinción es crítica: afirmar que el consumo de cannabis causa psicosis implica una relación directa de causa-efecto, mientras que observar una correlación entre estos dos factores solo indica que tienden a darse juntos, sin implicar necesariamente que uno cause el otro. Es esencial entender que, hasta ahora, la evidencia científica no ha establecido una relación causal definitiva entre el consumo de cannabis y la aparición de trastornos psicóticos como la esquizofrenia.
El argumento según el cual la potencialidad de una sustancia para causar psicosis no constituye por sí sola una base suficiente para su prohibición se hace evidente cuando consideramos el caso del alcohol. Esta sustancia, a pesar de los riesgos por todos conocidos, es legal y está ampliamente aceptada, como demuestra la existencia de 168 605 bares en España a principios de 2023. La psicosis puede manifestarse en relación con el alcohol tanto en casos de intoxicación aguda como en el marco del síndrome de abstinencia y en situaciones de alcoholismo crónico. En este contexto, el reconocimiento de que las sustancias pueden tener riesgos asociados nos lleva a la conclusión de que la respuesta más adecuada es fomentar el control de calidad y la educación, en vez de perpetuar la desinformación. Esta es la base del proyecto RdRCannabis, que aboga por un enfoque informado y regulado ante el consumo de cannabis, priorizando la seguridad y la consciencia de sus efectos y riesgos.
Haremos una última consideración importante antes de entrar en materia. Cuando hablamos de salud mental, es muy importante no difundir un discurso estigmatizador contra las personas psiquiatrizadas. En este texto abordaremos la esquizofrenia y la psicosis, pero tras estas etiquetas psicopatológicas, realmente hablamos de distintas expresiones del sufrimiento humano. Demasiado a menudo, las personas que reciben el diagnóstico de esquizofrenia son víctimas de un discurso paternalista y estigmatizador que las asocia con la peligrosidad, impredecibilidad e infantilización. Ya dedicamos una entrada del blog de RdRCannabis a la cuestión del estigma y ahora vuelve a surgir. No es ninguna coincidencia. Hay miradas hegemónicas que aprovechan los discursos del miedo para vender una falsa seguridad. Y quien normalmente paga el precio son los colectivos minoritarios. En concreto, sus derechos quedan hipotecados.
Atribuir todos los problemas de salud mental a causas biológicas se conoce como “la teoría de la tara genética”, y es un error. Hace años que la hipótesis del desequilibrio bioquímico y la herencia genética no se sostiene científicamente. Las personas psiquiatrizadas no se pueden desvincular de las causas psicosociales de sus malestares. Se trata de un debate muy amplio, en cualquier caso, y cuando se pregunta a las personas psiquiatrizadas qué es prioritario para ellas, suelen coincidir en la necesidad de reforzar las redes comunitarias para afrontar la soledad, la pobreza, las pérdidas y los miedos.
Esquizofrenia frente a trastorno psicótico
La esquizofrenia se llama trastorno psicótico porque implica síntomas de psicosis, como:
- Alucinaciones
- Delirios
- Pensamiento y discurso desorganizados
Si bien, a menudo, la esquizofrenia se considera el trastorno insignia cuando hablamos de psicosis, no es el único diagnóstico clínico que implica este tipo de síntomas.
Algunos ejemplos de otros trastornos psicóticos incluyen:
- Trastorno psicótico inducido por sustancias
- Trastorno esquizoafectivo
- Trastorno esquizofreniforme
- Trastorno psicótico breve
Volviendo a la investigación sobre el cannabis, en 2012 la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) publicó un documento titulado “Patología dual y psicosis: un desafío en la clínica diaria”. En él, cinco de los psiquiatras más reconocidos del panorama estatal (entre ellos, la catalana Marta Torrens, del Hospital del Mar) respondían a algunas de las preguntas más comunes de su gremio. El primer capítulo se dedicaba a la cuestión del cannabis y la psicosis. La primera pregunta que se les planteaba era: ¿Está demostrada la relación entre el consumo de cannabis y los episodios de psicosis? A continuación, algunas de sus conclusiones más relevantes:
- El consumo de cannabis y los trastornos psicóticos están relacionados de alguna forma, aunque no sea de manera causal.
- El consumo de cannabis durante la adolescencia puede precipitar psicosis fundamentalmente en sujetos vulnerables.
- La utilidad para la salud pública de la reducción del consumo de cannabis como prevención primaria de la esquizofrenia no es una propuesta eficaz. Se postula que la eliminación del cannabis supondría una reducción en la incidencia de la esquizofrenia en la población de aproximadamente el 8%, asumiendo una relación causal.
- El cannabis no es una causa necesaria ni suficiente para provocar psicosis, sino que actúa sobre otros factores para influir en el riesgo de psicosis.
- El CBD atenúa la activación de la zona prefrontal, al contrario que el Δ9-THC, que la aumenta.
Lo que señala el último punto no es desdeñable. El cannabinoide CBD es, de hecho, antipsicótico. El CBD puede contrarrestar los efectos del THC. Una investigación del 2018 sugiere que puede ayudar a aliviar los síntomas psicóticos de la esquizofrenia con la misma eficacia que algunos medicamentos con receta, y con menos efectos secundarios.
Esto puede tener muchas implicaciones para el campo de la reducción de riesgos. Por ejemplo, se podría favorecer que, como medida de protección, las personas más jóvenes tuvieran acceso a un cannabis con una ratio más equilibrada de THC:CBD en vez de presentaciones con tantas concentraciones de THC únicamente.
La relación entre el cannabis y la esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno de salud mental que implica experimentar lapsus de la realidad. Estos lapsus se conocen como “síntomas psicóticos” o “psicosis”.
En 2020 se publicó una revisión sistemática en la que se analizaron 96 estudios sobre el cannabis y la esquizofrenia. Después de someter los artículos a una evaluación de calidad, solo se encontraron 12 lo suficientemente buenos como para incluirlos en la revisión.
De estos estudios, los investigadores hicieron las siguientes observaciones:
- Puede haber una alta frecuencia de trastornos psicóticos entre las personas que consumen cannabis.
- El uso de cannabis puede alterar la edad y el inicio típicos de los síntomas de la esquizofrenia.
- La psicosis inducida por cannabis puede acabar convirtiéndose en esquizofrenia clínica.
- Las personas que viven con trastornos psicóticos tiene una tendencia más alta a consumir cannabis.
- Vivir con trastornos psicóticos puede aumentar la sensibilidad a los efectos psicoactivos del THC.
- El uso frecuente de cannabis, especialmente a una edad temprana, puede duplicar las posibilidades de desarrollar esquizofrenia.
- El uso diario de THC de gran potencia puede comportar cinco veces más posibilidades de desarrollar una enfermedad psicótica.
- El uso de cannabis puede interactuar con factores preexistentes, como por ejemplo la genética, para aumentar el riesgo de esquizofrenia.
Entonces, ¿el cannabis puede causar esquizofrenia?
El cannabis no causa esquizofrenia. Pero si la persona tiene una predisposición a la esquizofrenia por factores genéticos y ambientales, el consumo de cannabis puede aumentar las posibilidades de que desarrolle esquizofrenia. Esto puede suceder, en parte, por una sensibilidad natural que tienen algunas personas a los efectos psicoactivos del THC.
Si quieres saber cómo acaba el repaso a los hechos más relevantes y a los estudios más recientes sobre el binomio cannabis-psicosis, continúa leyendo la siguiente entrada del blog de RdRCannabis. En ella entenderemos mejor las diferencias entre psicosis y esquizofrenia, repasaremos sus síntomas y echaremos un vistazo a cómo la legalización del cannabis en Estados Unidos ha afectado a la salud mental.
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